LLEGO EL ADVIENTO
Comenzamos el Adviento. Nos sensibiliza ante la llegada inminente de la Navidad. Los próximos días serán santos si preparamos un buen terreno y un buen fondo para que Jesús nazca. Como preparamos el hogar para la llegada de un invitado, también –y mucho mejor- hemos de preparar la casa del corazón y el alma misma para el nacimiento de Cristo. El Adviento, por ser tiempo de silencio, nos invita a no escondernos en esos pequeños paraísos que nos montamos y que nos alejan de un Dios que, ante todo y sobre todo, es salvación. La oración nos abre, nos esponja estas semanas para que, luego, sintamos de verdad que Dios se hace niño en Belén.